Si alguna vez te has parado a mirar las etiquetas de los productos en el supermercado y te has sentido abrumado por toda esa información, no estás solo. Leer las etiquetas nutricionales puede ser confuso, pero con algunos consejos simples, puedes tomar decisiones más saludables para ti y tu familia. Así que, vamos a simplificarlo:
Elige lo fresco
Lo más saludable suele estar en la sección de frutas, verduras y alimentos frescos. Estos alimentos no suelen tener etiquetas nutricionales porque son naturales y llenos de nutrientes esenciales.
Lista de Ingredientes
Cuando veas una etiqueta, primero echa un vistazo a la lista de ingredientes. Los ingredientes se enumeran de mayor a menor cantidad en el producto. Si el primer ingrediente es algo que quieres evitar, como azúcar refinado o grasas poco saludables, piénsalo dos veces.
Porción vs 100 gramos
La información nutricional puede presentarse por porción o por cada 100 gramos. Asegúrate de entender la cantidad real que estás consumiendo. Esto te ayudará a calcular adecuadamente las calorías y nutrientes que obtienes.
Más allá de las calorías
No te obsesiones demasiado con las calorías y la grasa. Lo que realmente importa son los ingredientes. Opta por alimentos con ingredientes naturales y evita los que contienen aditivos y procesamiento excesivo.
Harina integral
Si buscas opciones más saludables, busca productos con harina integral. Verifica el porcentaje de harina integral en la lista de ingredientes. Cuanto más alto, mejor.
Grasas saludables
Elige alimentos que contengan grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra. Estas grasas son esenciales para tu salud.
Controla el azúcar
Verifica la cantidad de azúcar añadido en los productos. Idealmente, no debería haber más de 5 gramos de azúcar añadido por cada 100 gramos de producto. Lee los ingredientes para identificar el azúcar añadido.
Cuida la sal
Mantén un ojo en la cantidad de sal en los alimentos. Evita productos con un alto contenido de sal, ya que el exceso puede afectar tu presión arterial.
¡Recuerda!
Con estos consejos, estás listo para enfrentarte a las etiquetas nutricionales con confianza. Recuerda, la información está ahí para ayudarte a tomar decisiones más saludables, así que ¡úsala!